LA CARNE

AUTOR: ROSA MONTERO

PÁGINAS: 236

EDITORIAL: ALFAGUARA

Sábado 8:30 am. Llego al café con una de mis mejores amigas, decidimos salir a desayunar fuera, ya que es típico de mí no tener tanta comida en el refrigerador, y en cuestión de minutos, la mesa se encuentra repleta de comida.

-¿Necesitan algo más? Pegunta, la mesera.

-No, gracias nena.

Y después de apaciguar ese monstruo enorme que empezaba a devorarnos desde el centro de nuestros cuerpos y que al fin logramos poner a dormir durante unas horas, abrimos nuestros libros y nos damos ese espacio de lectura.

Voy a la mitad del que me encuentro ahora leyendo, “La Carne de Rosa Montero”

Y me dejo envolver por mantos oscuros o grises y todo aquello que este rodeándome y no pertenece a ese momento o a ese tiempo, simplemente empieza a bajar su volumen hasta que desaparece, hasta llegar a vivir o pertenecer a la piel de ese personaje, logrando sentir sus emociones, sus miedos, su ira, su odio o el amor. B. está a mi lado y veo que trae los audífonos para hacerle más fácil adentrarse al mundo del libro que se encuentra leyendo.

Y Rosa, aparece  sentada frente  a nosotros, riéndose mientras toma su Té con leche, diciendo; Todos tenemos todas las posibilidades ser dentro de nosotros, es lo que decía el romano Terencio, mientras disfrutaba ver nuestras emociones.

Esta aquí pero en un mundo paralelo, se burla, sabe que no puedo decirle nada. Pues sé que de algún modo mi admiración, terminara justificando cualquier gran final que ella haya decidido.

Y la envidio, la odio, porque tiene  ese poder para provocar todo eso en otro lector: que le odie, que le ame, y que le siga comprando porque es genial. Bueno Rosa eso provocas en mí.

Sé que sin darme cuenta  sonrío, pongo lo ojos en blanco, me desespero porque Rosa, está jugando con mi emociones, si ya tengo los intestinos un nudo, quietos sin tolerar alimentos, Rosa viene a empeorar todo, pero no puedo dejar de leer el libro, ¡maldita sea! Son tantas emociones que no puedo soltarlo. Suelto gruñido por lo que este personaje principal está viviendo, y luego dejo ir un grito de emoción cuando Rosa Montero mete su persona a la historia.

Perdón, perdón… empecemos desde el principio.

Porque quien ya haya leído el libro, me dirá ¿Cómo diablos puedes vivir el personaje de Soledad (nombre del personaje principal del libro) que tiene 60 años?

Y de hecho me dije a misma –Rosa, este libro presiento que no trascenderá más allá conmigo, ¡pero me equivoque!

¡Claro! Los que somos jóvenes ahora diremos, falta mucho para que el cuerpo se nos vaya llenando de alifafes y la vida, de complicaciones.

Pero es la misma Rosa quien escribe lo siguiente: La vida es un pequeño espacio de luz entre dos nostalgias: la que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir.

Quizás por eso, los libros, poetas y autores son mis guías, para que me prevenga, para que me arriesgue, o mejor aún, para experimentar en la propia carne, emociones que son desconocidas, para que sepa reconocerlas y no tener miedo de romperme, de vivir, y mejor aún marcharme, sin remordimientos.

La carne es una novela donde Soledad. (Personaje principal de 60 años), acaba de romper una relación fugaz, y a la falta del control a su ira contrata a un gigoló de 32 años quien se llama Adam para darle celos a su ex, quien asistirá al mismo concierto de “Tristan e Isolda” junto con su esposa.

Pero, un encuentro que solo debía durar unas cuantas horas, desemboca en algo más, una relación inquietante, volcánica, y tal vez peligrosa.  

Pero lo aún más increíble de este libro es, que, esta historia entre Adam y Soledad se entreteje con las historias de los escritores malditos de la exposición que está organizando para la biblioteca nacional.

Y como lo había hecho mención arriba, hasta la misma Rosa se convierte en un personaje de esta historia.

Para contarnos la historia de Josefina Aznárez, el único autor inventado por Rosa y que lo incluyo para que Soledad lo agregara a esta exposición.

Y aquí voy de regreso a casa a preparar maletas para continuar mi vida después de un libro mientras caigo a ese vacío en el que me dejo hundir hasta que los brazos de otro libro vengan a mi rescate.

Rosa, gracias por este libro. Y estoy feliz que, en tu charla con José Miguel Giráldez para lanuevacronica.com te encuentres en tu mejor momento literario, con una madurez estupenda. Porque las palabras están llegando a ti, sin buscarlas y bailaste con cada letra escrita. 

-Capitana Buendía.